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Carta Abierta de la Juventud al Secretario de Modernización Andrés Ibarra

Carta Abierta de la Juventud al Secretario de Modernización Andrés Ibarra
#Actualidad

Trimestralmente la Secretaría de Gobierno de Modernización publica un estudio sobre el empleo público llamado ITEP. Desde el Área de Juventud de ATE Capital decidimos escribirle una carta a Andrés Ibarra expresando nuestra preocupación por su contenido y exponer todo lo que no dice en su informe.

En nombre del Área de Juventud de ATE Capital Federal, nos dirigimos a Ud. en respuesta a los Informes Trimestrales de Empleo Público, elaborados por su dependencia y que tienen como objeto brindar información sobre el Empleo Público Nacional. Particularmente, nos referimos a los informes de Diciembre 2018 y Marzo 2019, en los cuales se articulan variables sociodemográficas y laborales de lxs estatales. Los informes expresan una clara estrategia por parte del Gobierno Nacional: jóvenes estatales precarizadxs sin perspectiva de desarrollo en la Administración Pública Nacional y con menos derechos a la formación profesional.

Nos parece de vital importancia analizar este tipo de informes en un contexto de detrimento de las oportunidades y perspectivas de desarrollo profesional para lxs jóvenes. Sin ir más lejos, hace pocos días se conocieron los resultados de los nuevos ingresos a la carrera de investigación al CONICET. De 1386 investigadores que aplicaron, sólo ingresaron 208 (el 15%). En 2015, fue promesa de campaña de Mauricio Macri pasar del 0,65% del PBI destinado a Ciencia y Técnica al 1,5%, en la actualidad el presupuesto bajó al 0,58%. El Estado necesita jóvenes con vocación de servicio que garanticen los derechos de nuestra población; su presencia no sólo aporta a la estabilidad de políticas de Estado que subsistan al paso de los gobiernos, sino que también suma trabajadorxs cercanxs a los nuevos lenguajes y prácticas propias del desarrollo tecnológico, y cualifican la intervención estatal en la vida en comunidad. Negar o dificultar la participación de lxs jóvenes en el Empleo Público Nacional es un error que deberán pagar lxs argentinxs por años.

Por otro lado, el Gobierno Nacional, frente a la imposibilidad de renegociar los Convenios Colectivos de Trabajo (tanto el General como los Sectoriales), ha apostado por aplicar modificaciones vejatorias de nuestros derechos a través de las negociaciones paritarias. Para el sectorial SINEP (el mayoritario en cantidad trabajadorxs), el llamado “Premio Estímulo a la Asistencia” homologado en el 2017 y aplicado nuevamente con mínimas modificaciones en las negociaciones paritarias de 2018, reduce los días de estudio otorgados por convenio a prácticamente la mitad, ya que si bien nos corresponden 28 días de estudio por año, sólo podemos usufructuar 14 lxs estudiantes universitarxs, 12 terciarxs y 8 secundarixs para poder cobrar el presentismo. A partir de ese número, cada día de estudio justificado reduce o quita ese ingreso. Por ende, el Estado le paga menos a quienes estudian y pone en peligro a nuestros jóvenes en formación.

Un primer punto para analizar del informe nace de la descripción de los límites del relevamiento de datos. Estos límites determinan cuáles agentes forman parte de la planta de empleadxs del Sector Público Nacional y, cuáles no. Su informe expresa la decisión de invisibilizar lxs miles de trabajadorxs contratadxs a través de la modalidad 1109 (monotributistas), ya que no figuran como parte del relevamiento. Nos preocupa sobremanera cómo se invisibiliza a lxs trabajadorxs que son, en su mayoría, jóvenes cuyas obligaciones son las mismas que el resto de sus compañerxs de trabajo, pero sus derechos muchísimo menores. Entendemos que el informe desliga la responsabilidad del Estado como empleador con el único fin de sostener el modelo de precarización laboral que hace posible la política pública al menor costo del mercado.

El primer informe (Dic 2018) expone una división casi simétrica del empleo público total entre trabajadorxs civiles (51%) y no civiles (49%). Hablamos de personal no civil cuando nos referimos al personal militar y de las Fuerzas de Seguridad. Si saltamos al Gráfico Nro 6 y 7 de la misma entrega nos topamos con un dato que consideramos relevante. Dentro de la planta no civil los puestos de trabajo cubiertos por jóvenes de entre 16 y 24 años ascienden al 21% (1 de cada 5 puestos de trabajo), mientras que en el caso de la planta civil el mismo cohorte se reduce a 1,5% (1 de cada 75 puestos de trabajo).

El Estado Nacional no apuesta a la captación, formación y desarrollo profesional de jóvenes (estrategia más de una vez aplaudida por parte de funcionarixs de este gobierno a empresas del sector privado) que garanticen la permanencia en el tiempo de las políticas públicas elaboradas por cualquier gobierno. Es más, a través del Decreto 632 firmado por el Presidente de la Nación en el año 2018 se prohíbe aumentar la cantidad de puestos de trabajo poniendo como referencia de tope el año previo. Esto quiere decir que se cierran las puertas del ingreso al empleo público y, en consecuencia, todos los años el trabajador o la trabajadora más joven del Estado cumple un año más, envejeciendo la planta de trabajadorxs. Nos resulta significativo que en relación al empleo del personal no civil la ecuación se invierte: a menos políticas públicas, más fuerzas destinadas a la represión.

Por otro lado, mientras que entre los puestos de trabajo del personal no civil la Planta Permanente suma 99,9% de los casos, en el personal civil este mismo concepto se reduce a 63% y emergen la Planta Temporaria y el Contrato (con posibilidad de revocación -despido- todos los años). Como se mencionó anteriormente, estos números no describen la situación real de la Administración Pública ya que excluyen a lxs miles trabajadorxs jóvenes precarizadxs. Si estos trabajadorxs estuviesen presentes en este informe, tenemos la seguridad de que la Planta Permanente reduciría considerablemente su participación en el total de los puestos trabajo del personal civil. Cabe destacar que en el sector civil solo se accede a la Planta Permanente a través de concursos públicos y exige formación constante, además, es la garantía que tiene nuestra ciudadanía de que las políticas de Estado subsistirán a pesar del cambio de dirección del viento político. Precarizar el trabajo de lxs estatales es restar derechos a todxs lxs argentinxs.

El segundo informe (Mar 2019) versa sobre la relación entre tres factores: antigüedad, formación y salario percibido por el personal civil de la administración nacional. En resumidas cuentas, a mayor formación y más antigüedad, mejor salario. En ese sentido, ¿cuáles son las condiciones que ofrece el Estado Empleador para incentivar la formación y la permanencia de su planta de trabajadorxs? Se ha planteado más arriba que el tipo de contratación está lejos de ser el mejor, sumaremos ahora que la remuneración percibida por lxs trabajadorxs del sector público es de las más afectadas por la devaluación y el crecimiento de la inflación, perdiendo año a año mayor poder adquisitivo. Es más, desde la asunción del Gobierno de Cambiemos la evolución real promedio de nuestro salario va muy por detrás de la que atraviesa el salario promedio del sector privado. Según datos recabados del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA CTA, Noviembre 2018) y el Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala el salario promedio del sector público se redujo en 14,6% y, en la Adminitración Pública Nacional (SINEP) cayó un 25.5% frente a una caída de 9,1% en el sector privado, entre Diciembre de 2015 y Septiembre de 2018 . Entendemos que esto forma parte de una estrategia clara por parte del Gobierno: redirigir personal del sector público al sector privado.

Además, como jóvenes, ésta es una situación que nos afecta especialmente ya que a menor edad es también menor el nivel de formación y, en consecuencia, menor nuestro ingreso. Ganamos menos dentro del universo de quienes menos ganan y, esta situación se ve incrementada para las mujeres jóvenes. Las mujeres cobramos menos que los varones por la misma tarea y, a pesar de nuestra formación no accedemos de igual manera a los cargos de responsabilidad institucional y/o de toma de decisiones. La discriminación de género se expresa, no sólo por la brecha salarial, sino también en el mal llamado “Premio Estímulo a la Asistencia” en la sectorial SINEP, ya que somos las mujeres quienes, en la mayoría de los casos, debemos asumir las tareas de cuidado de familiares y/o hijxs y se nos descuenta salario por eso.

En conclusión, Secretario Ibarra, creemos que es necesario expresar dos puntos fundamentales. El primero de ellos es nuestra profunda preocupación por la dirección que viene tomando su Gobierno que, tal cual lo expresa nuestro Secretario General Daniel Catalano, es el Gobierno de la ausencia. El Gobierno de la ausencia de vacunas para nuestra población más vulnerable, de ausencia de computadoras para lxs niñxs que no tienen acceso a la información digital, de ausencia de becas para el desarrollo de nuestrxs científicxs y, fundamentalmente, de la ausencia de miles de estatales que usted mismo se encargó de dejar sin trabajo. Lo que para su informe es una reducción del 2% de la planta de trabajadores entre junio y octubre de 2018, para nosotrxs son 10.000 personas lanzadas a la calle sin una fuente de ingresos. Por supuesto, hay otra clase de ausencias que sabemos que nunca leeremos en sus informes, son las ausencias de nuestrxs compañerxs que abandonaron la vida producto del despido. Desde hace pocos días lamentamos la pérdida de Juan Sebastián Abbona, que junto a Melisa Bogarín, Roberto Billard, Juan Carlos Cabrera, Guillermo Guerra y Maximiliano Taddeo Costa, son trabajadorxs estatales que ya no tenemos entre nosotrxs. Andrés Ibarra, el neoliberalismo no solo nos empobrece, el neoliberalismo nos mata.

Por otro lado, sepa que nuestra ATE no se queda de brazos cruzados. Hemos recorrido a lo largo de este breve escrito cómo detrás de cada número hay una política de gobierno destinada a precarizar y expulsar trabajadorxs del sector público en general y de jóvenes estatales en particular. Nos movilizamos el 11 de abril y volveremos a salir a la calle tantas veces como haga falta para hacer valer los derechos de todxs lxs trabajadorxs, para que nadie olvide a la hora de votar lo que Usted y su gobierno significaron para nuestras condiciones laborales y para que nunca más vuelvan a gobernar el país quienes ven al Estado como un negocio, y no como la herramienta para liberar la Nación.

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