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El ex Ministro dijo en una entrevista televisiva realizada el lunes 4 de febrero de 2019 ante La Nación+: “No estoy de acuerdo con que la energía sea un derecho humano; la energía es un bien escaso, tenemos que reconocerlo. Lo mejor es ser eficientes y ahorrar cuando llegamos a un nivel de confort. Como la energía es un bien escaso, es cotoso; y hay que pagar lo que vale”.
Cabe destacar que esta frase la dijo el funcionario que aplicó, mientras estaba a cargo de dicha cartera, un aumento en las tarifas de la electricidad de alrededor del 1317%, provocando que muchas personas tengan que destinar gran parte de sus ingresos para pagar este servicio público e inclusive endeudarse o tener incluso que pagarlo en cuotas. Además de elevar los costos de producción a precios internacionales en dólares. Aumentando así de forma exponencial las utilidades de las empresas del sector. Las cuales en su mayoría integraron el gabinete del ex presidente de SHELL Argentina. El mismo que decía en campaña, allá por 2015, que los hogares pobres no pagarían la energía.
Teniendo en cuenta los antecedentes de Juan José Aranguren como Ministro de Energía creemos que esta frase dicha en televisión no fue inocente o casual, sino que claramente responde a una matriz de pensamiento, la cual refleja que la energía es escasa y por lo tanto costosa. El pueblo no puede pagarla, al ser escasa no es para todxs. Por lo tanto el pueblo debe retroceder en su nivel de vida. Y con estos altos precios cumplen dos objetivos. Exportar al exterior lo más posible para llenarse los bolsillos y aumentar la facturación de las distribuidoras, también para llevarse esas ganancias al exterior.
Planteamos que hay que avanzar en reconocer la energía como un DERECHO HUMANO. El ejemplo de la República Plurinacional de Bolivia, donde desde el año 2017 tanto la energía eléctrica, como el gas y el agua son considerados un Derechos Humano; además de ser servicios públicos administrados por el pueblo boliviano. Entendamos que lo que está en disputa en nuestra querida PATRIA GRANDE son estos dos modelos. El de las minorías cipayas neocoloniales y el de las mayorías populares, trabajadoras y democráticas.
