11 noviembre 2025
Por Soledad Santellán, Secretaria de Convenios Colectivos
Este hecho representa un hito en la relación
laboral entre el Estado y sus “dirigidos”, un avance enorme ya que el Estado
renuncia a la “unilateralidad”, al poder absoluto sobre sus empleados/as y
acepta debatir a través de las organizaciones sindicales la carrera, el
salario, la jornada laboral, las condiciones de trabajo, las licencias, etc.
Previamente, y como antecedentes fundamentales,
habían sido sancionadas las Leyes 23.328 y 23.544 que aprobaron los Convenios
151 y 154 de la Organización Internacional del Trabajo sobre el fomento de la
negociación colectiva, la protección de derechos de sindicalización y los
procedimientos para determinar las condiciones de empleo en la Administración
pública. Antes de la Ley Abdala, los trabajadores y las trabajadoras del Estado
teníamos negada la negociación de la paritaria.
Hoy, desde el gobierno de Javier Milei, se
están cuestionando los convenios colectivos, la jornada laboral, las vacaciones
pagas, todos aquellos derechos y conquistas que costó tantas luchas históricas.
Buscan volver a la unilateralidad del Estado, regresar a los resabios de los
“actos del príncipe”. Esto implica mayor precariedad laboral, menos derechos y
un Estado más ineficiente.
Desde ATE Capital entendemos que los convenios
colectivos son una herramienta fundamental no solo para los y las trabajadoras,
sino para el propio Estado. La generación de más dialogo y mayor participación
mejora las políticas públicas. Trabajadores/as dignificados y con salarios
justos crean mayor calidad institucional y un mejor Estado.
Nos quedan muchos derechos para seguir
peleando, que no haya ningún/a trabajadora fuera del convenio colectivo, la
reducción de jornada laboral, la reglamentación del teletrabajo, el pase a
planta permanente de todas las modalidades contractuales.
No hay reforma laboral que produzca más empleo,
lo que genera más y mejor empleo es el crecimiento económico con justicia
social.