06 septiembre 2024
Esta parálisis la justifican con la excusa de que van a hacer foco en “los problemas de Ingeniería del proyecto”. Estos problemas existen, se estaban abordando y se tienen que resolver, pero el parate de la obra es producto del brutal ajuste que está realizando el Gobierno de Milei y ejecutando las autoridades de CNEA.
El congelamiento y licuación de nuestros salarios, los despidos en la obra, las renuncias y la pérdida de derechos laborales destruyen los más de 70 años de historia y experiencia en manos de los trabajadores. Esto nos lleva a la pérdida de la autonomía tecnológica. Además, si se animan a frenar uno de los dos proyectos insignia de la CNEA, que resta para los demás proyectos, líneas de trabajo que no tienen la misma visibilidad y sectores que las autoridades desprecian.
Con la política de privatizaciones de Sturzenegger, es muy posible que IMPSA quede bajo el control de una empresa extranjera. Las empresas candidatas son la alemana Siemens, la estadounidense General Electric y la francesa Alstom. IMPSA hizo los cuatro generadores de vapor de la central nuclear de Embalse, en Córdoba y está trabajando en el recipiente de presión del CAREM. La desnacionalización de un proveedor local de grandes componentes es una tragedia que se va a pagar en dólares, no en pesos y se puede perder autonomía.
Tenemos que frenarlos. El gobierno de Milei y las autoridades de CNEA aseguran la pérdida total de soberanía empujando la privatización de áreas clave y profundizando el desmembramiento de la CNEA y el sector nuclear que comenzó en los ‘90. Vienen a terminar el trabajo que dejó inconcluso el menemismo y que pudimos frenar en el 2001.