06 septiembre 2018
Participó en el encuentro nuestro Secretario General, Daniel Catalano y su adjunto, Manolo Sueiro; Jorge Harvez, delegado en la Secretaria de Agroindustria y primer vocal de ATE Capital; el titular de la Fundación Germán Abdala, Emiliano Bisaro; Roberto Carlos Salvarezza, científico y político argentino, que actualmente ejerce su cargo como Diputado Nacional por la Provincia de Buenos Aires e investigador Superior del CONICET y fue su presidente entre 2012 y 2015, junto a Aldo Casella, abogado especialista en derecho agrario, docente de la Universidad Nacional del Nordeste, y uno de los coautores del proyecto de ley que limita la extranjerización de la tierra.
“Entre los objetivos de reunirnos, enfatizamos coordinar acciones y socializar la información sobre el avance de Monsanto, ya que tanto ATE Capital como la Fundación “Germán Abdala” vienen articulando con distintos actores de la cadena biotecnológica para presentar propuestas, pero desde la visión del campo nacional y popular”, explicó Harvez.
Privatización de semillas
La disputa entre sectores concentrados del agronegocio por la distribución de una parte de la inmensa renta que los “commodities” ofrecen en la actualidad, esconde detrás el propósito de fortalecer el control corporativo y la mercantilización de todas las semillas, es decir privatizar el uso de semillas. Las reformas impulsadas por las compañías y que son apoyadas por el Gobierno Nacional, llevan el propósito de lograr un régimen de propiedad intelectual en innovaciones biotecnológicas y variedades vegetales que facilite el control y dominio de las cadenas de productos.
En la disputa son cuatro corporaciones las que controlan el 60% del mercado mundial de semillas (Monsanto-Bayer, Syngenta-ChemChina, Dow-DuPont y BASF) quienes quieren el monopolio intelectual (apropiación) de las semillas criollas y nativas. Mientras tanto, serán campesinos, pequeños productores familiares y agroecológicos los que sufrirán las consecuencias de las nuevas normas que se impongan.
Propuestas alternativas
“No es solo oponerse a Monsanto y Bayer, sino proponer criterios diferentes de nuestra región, en contrapuesta a las de estos monstruos, porque no nos oponemos al uso de la tecnología sino al monopolio de una multinacional que pretende cobrar por usar una semilla a la cual le introdujeron un gen, pero la planta es de la humanidad”,sostuvo el dirigente.
La actual Ley de Semillas fue sancionada en 1973 y establece la posibilidad de registrar y privatizar las semillas. La norma reconoce también la de “uso propio”. Es decir, que cualquier agricultor que posee una semilla, puede volver a sembrarla sin pagar regalías por ella. Los distintos proyectos de ley que circulan quieren frenar la posibilidad de que se vuelva a sembrar sin pagar.
“En definitiva, estamos peleando por quien se apropia de la innovación tecnológica y lo que quiere hacer Monsanto y los demás grupos es, al fin y al cabo, gobernar toda la cadena alimentaria”, sentenció.