25 junio 2019
¿Qué surgió de la capacitación?
GB: Fue una participación muy linda porque nuestros compañeros y compañeras compartieron las inquietudes viven cotidianamente en sus sectores de trabajo, respecto a la discapacidad y nos contaron sobre aquellos trabajadores o sus propios familiares que tienen algún tipo de discapacidad. Aparecieron dudas como si conviene o no sacar el certificado de discapacidad o si el certificado estigmatiza. Hay mucha gente que no se anima a sacarlo porque tiene miedo a perder su trabajo o cree que puede ser discriminado, cuando en realidad es todo lo contrario. El Certificado Único de Discapacidad (CUD) te permite tener más derechos porque tenemos una ley nacional que habla de un 4 % de cupo de trabajadores y trabajadoras que deben prestar sus conocimientos y su trabajo en el Estado en todas las modalidades de contratación. Pero, además, en la Ciudad de Buenos Aires hay una ley que habla de un cupo de un 5 %.
¿Qué lugar tiene hoy en la sociedad la discusión acerca
de inclusión de las personas con discapacidad?
AV: Luego de la capacitación hicimos un taller donde tocamos temas conceptuales y trabajamos la importancia que tiene politizar el tema de la discapacidad que esta, históricamente, ligado a una cuestión de caridad. A la persona con discapacidad en la sociedad se le da lugar cuando es “pobrecito o cuando es héroe”, pero no se le da lugar como un igual y hay un concepto de normalidad que se apoya en la exclusión de las personas con discapacidad. Hablamos tratando de derrumbar barreras porque nosotros pensamos que lo normal es la diversidad y en ese sentido deberíamos pensar instituciones accesibles y trabajar conceptos como “diseño universal”. La mirada debe ser social y no “medicalizante”. También desde el área creemos que necesitamos volver a tener una ley de la democracia, como en su momento fue conquistada la ley 20.923, en 1974, con participación política y reemplazada durante la dictadura por la 22.431, que es la que hoy habla del cupo del 4%. Y no podemos hablar aisladamente porque hubo avances y retrocesos legislativos, es como si quisiéramos hablar de violencia de género sin hablar del sistema patriarcal. Nos debemos una nueva ley que sea integral y contenga al conjunto de la sociedad.
¿De qué hablamos cuando decimos diseño universal?
AV: El diseño universal es amplio y tiene que ver con pensar la accesibilidad para todas las personas contemplando toda la diversidad y sin establecer jerarquías entre las personas. Y, también, hay que romper con la idea de que trabajar accesibilidad es solo hacer rampas. Sí, se tienen que hacer rampas con la pendiente indicada, pasamanos, barandas que posean determinadas especificaciones que están establecidas por la Ley 24.314 de Accesibilidad del Medio Físico, pero también las páginas webs tienen que ser accesibles para personas con todos los tipos de discapacidad. Asimismo, las personas ciegas tienen lectores de pantallas tanto en sus celulares como en las computadoras, entonces las webs deben ser accesibles, la señalética en un edificio debe ser accesible para que una persona con discapacidad motriz no tenga que caminar de más porque no estaba bien indicado a dónde tenía que ir; la escritura en braille para que una persona ciega se pueda orientar. A su vez, respecto al material de difusión en este sindicato también hay mucho para trabajar porque el flyer tiene un formato de imagen que no es accesible para personas con discapacidad visual. Existe también un aro magnético que amplifica el sonido para personas que utilizan audífonos. La lengua de señas argentina es muy importante para garantizar una buena comunicación con personas sordas y contemplar pautas de lectura facil, nos permite llegar a personas con dificultad en procesar la información. En definitiva, pensar el "diseño universal" es para buscar relaciones de igualdad en la cotidianeidad.
¿Cómo chocan los conceptos de discapacidad y normalidad?
GB: Otro concepto importante fue que la discapacidad no está en la deficiencia física, motriz, sensorial, visceral o mental de una persona, sino que la discapacidad es definida por la interacción con un entorno con barreras. La discapacidad está en la interacción y no en la persona. Por eso, un gran tema que trabajamos es la idea de pensar si es un tema individual o social y colectivo; nosotros pensamos que es un tema colectivo. No es que la persona que tiene una discapacidad tiene que normalizarse para que la sociedad la incluya.
¿Qué otras ideas surgieron del encuentro?
AV: Cuando nos dividimos en subgrupos para trabajar
la temática surgieron muchas propuestas desde los Organismos para trabajar
desde ATE. Primero pase a planta de Personas con Discapacidad (PCD), bajar el
porcentaje de la cuota de la afiliación a trabajadores con discapacidad, pedir
a los organismos capacitaciones sobre discapacidad, visibilizar la temática en
los sectores, realizar un manual con toda la parte legal, desestigmatizar
el CUD y trabajar todas las cuestiones
relacionadas al cupo en el Estado y los recursos que poseemos de la Comisión De
Igualdad De Oportunidades Y Trato (Ciot) y Comisión de Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo (CyMAT). Pero lo que más nos propusimos, y salió a la luz,
es que debemos tener la perspectiva de discapacidad, tal como se instaló la
perspectiva de género hacia dentro de nuestro sindicato y a la sociedad en
general para contemplar la diversidad y de esta forma tener mejores vínculos e
interacciones. También, debemos desde nuestro sindicato diseñar políticas
públicas para sostener relaciones igualitarias para cumplir con tratados
internacionales de derechos de humanos y con la Convención de Personas con
Discapacidad que está aprobada en nuestro país por Ley y tiene rango
constitucional.