21 noviembre 2018
Esta sanción se da en contradicción con el reconocimiento de la carrera de Licenciatura en Enfermería como carrera de riesgo público dado en el año 2013 y representa una medida más del gobierno para retroceder en materia de salud pública, derechos laborales, ajustar y precarizar.
“La contradicción más grande es que luego de que decidieron evaluar la calidad de la formación universitaria de los Licenciados en Enfermería, al mismo tiempo, no se los reconozca como “profesionales de la salud” en la Ciudad de Buenos Aires”, explicó Claudio Celestrari, delegado general del Hospital Zubizarreta.
El marco normativo es discriminatorio porque no reconoce a todas las profesiones por igual. El Jefe de Gobierno, Rodríguez Larreta expresó públicamente que “la nueva carrera es solo para los médicos”.
“Larreta miente descaradamente porque hay 16 especialidades que, si están siendo reconocidas y esto trae aparejado diferencias salariales de entre 10 mil y 15 mil pesos y entre otras cuestiones, la quita de 10 días por estrés laboral que solo se les reconoce a profesionales”, remarcó Celestrari.
Cabe recordar que el personal de enfermería representa el mayor porcentaje de los trabajadores sanitarios y por lo tanto es la columna vertebral del sistema de salud pública no solo en la Ciudad de Buenos Aires sino en todo el país. En tal sentido, Gastón Salega, trabajador de Hospital Rivadavia, y vocal de ATE Capital, resaltó: “Hoy es un día histórico porque la mayoría de los trabajadores de la salud le están diciendo basta a la política de ajuste de Larreta. No se puede no reconocer licenciaturas de instrumentación quirúrgica, bioimágenes o enfermeros cuando es el mismo Estado que le brinda la carrera, pero cuando deben trabajar de lo que han estudiado, les dice que solo son administrativos; es un retroceso que no ocurre en ningún país del mundo”.
Las manifestaciones de trabajadores y trabajadoras de la salud sucedieron en distintas plazas del país en apoyo a los colegas de la Ciudad de Buenos Aires y exigieron a los Legisladores y al Ejecutivo porteño que revean la nueva normativa porque como remarcaban las pancartas los trabajadores y trabajadoras son profesionales de la salud.