Desde muy temprano, en nuestra casa de Carlos Calvo comenzó a respirarse un aire cargado de emoción; ese sentimiento eléctrico que suele acompañar los grandes días.

Nuestro edificio estuvo lleno de vida y color, con compañeros que preparaban todo para recibir los micros que llegaban de recorrer el país las últimas 48 hs. Más de 10 micros, cargados de cientos de compañeros, llegaron a nuestras puertas apenas comenzada la mañana, para poder sentarse un rato, desayunar y cargar las pilas para salir nuevamente a la calle.

Mientras tanto, los trabajadores y militantes de nuestra ATE Capital iban y venían, preparando los volantes y las mariposas; las banderas y las flameadoras; los bombos y los redoblantes; las camionetas y los parlantes; las bombas de estruendo y las bengalas. En fin, todo lo necesario para que la Marcha Federal sea la fiesta del pueblo organizado para defender sus derechos.

La mañana avanza y, con ella,  los pasos aprietan el ritmo, ultimando los detalles. Los micros comienzan a salir y, así, entramos en la recta final de esta jornada que promete quedar en la historia.