26 julio 2017
Al igual que en 2016, la jornada sirvió para denunciar el estado policial en que se encuentra la Provincia y repudiar el Gobierno de Gerardo Morales, que en alianza con el Poder Nacional y con el aparato judicial como punta de lanza persigue a las organizaciones del campo popular que se oponen al ajuste neoliberal y utiliza el miedo como herramienta de gobernabilidad.
"Vinimos a acompañar la lucha y exigir la inmediata libertad de Milagro Sala y todos los presos y presas políticos. Jujuy es hoy un laboratorio de lo que está pasando en el país y en gran parte de América Latina", afirmó Iván Wrobel, responsable del Área de Derechos Humanos de ATE Capital y parte de la comitiva.
La delegación estuvo integrada por más de 120 compañeros y compañeras de ATE Capital, ATE Avellaneda, ATE Berisso, ATE Pergamino y miembros del Comité por la Liberación de Milagro Sala, quienes se hospedaron en la Sede Central de la Organización Barrial Tupac Amaru, ubicada en el centro de la capital jujeña.
Al día siguiente, participaron de un acto frente al Penal de Alto Comedero y luego marcharon de Calilegua a Libertador General San Martín, dos de los pueblos en que los militares secuestraron con la ayuda del Ingenio Ledesma a más de 400 trabajadores y trabajadoras, dirigentes sociales, políticos y sindicales, y estudiantes; crímenes de lesa humanidad que hoy continúan impunes.
Como primera actividad del día, participamos de un acto frente al Penal de Alto Comedero donde está detenida Milagro Sala junto a otras 4 compañeras de la Tupac para transmitirle fuerzas y repudiar su detención ilegal, que ya lleva más de 550 días y toma cada vez mayor dimensión internacional. "Les hiciste conocer a miles los inodoros, expusiste la pobreza, los expusiste a ellos y eso el poder económico no te lo perdona", se escuchó en uno de los emotivos discursos.
Milagro, parada en el patio a unos 100 metros de distancia entre rejas y policías, escuchaba junto a sus compañeras los saludos y retribuía las muestras de apoyo y cariño llevándose la mano al pecho y alzando los dedos en V, agitando una y otra vez la mano. "¡Jallalla!", se despidieron sus compañeros y compañeras de militancia . "¡Jallalla!", se escuchó a la Flaca responder con fuerza desde el Penal. Fue la única vez que su voz llegó al otro lado.