31 octubre 2017
Con la presencia de trabajadores, trabajadoras y dirigentes de las CTA, la CGT y la Corriente Federal, se desarrolló en el Centro Cultural de la Cooperación la mesa-debate “Culturas y trabajadores. Estados en Diálogos”, donde se discutió el lugar de los sindicatos en la producción de la cultura popular y en la disputa de las subjetividades. Previamente, las y los presentes disfrutaron de la obra de teatro Saltá Panchita Saltá, de la compañera Mabel Seguro. La actividad fue organizada del Área Culturas de ATE Capital y significó su presentación en público.
En el día en que el Presidente Mauricio Macri presentó su reforma laboral en el CCK, los trabajadores y trabajadoras de distintas organizaciones se reunieron en el CCC con la convicción de que los sindicatos, además de discutir salario y condiciones laborales, deben asumir un rol clave en la defensa y el cumplimiento de los derechos culturales.
Como primera actividad del encuentro, y en la sala Raúl González Tuñón del Centro Cultural, Mabel Seguro interpretó la obra de teatro Salta Panchita Saltá, que recorre la vida de Francisca Salvatierra, una trabajadora del Estado que a pesar de su dedicación, militancia y entrega nunca fue reconocida por la burocracia estatal, y expone, a través de su historia, cómo muchas veces la motivación social de los programas y las políticas públicas quedan relegados por intereses burocráticas y empresariales.
En este sentido, Salta Panchita Saltá –una obra hecha por una trabajadora sobre una trabajadora y militante– fue una introducción perfecta para el debate posterior, que reunió a distintos responsables de la cultura de diversos sindicatos, con el objetivo de pensar el lugar de las organizaciones en la producción de la cultura y en la disputa de las subjetividades.
Participaron de la mesa-debate “Culturas y Trabajadores. Estados en Diálogo” Alejandro Fagiani, Secretario de Cultura y Educación de la Bancaria Capital Federal y miembro de Radar de los Trabajadores; Gabriela Stoppelman, Directora de la Revista Anartista y escritora; Chino Sarjurjo, Director del Observatorio de Culturas Políticas y Políticas Culturales del CCC; y Emiliano Bisaro, Coordinador de la Fundación Germán Abdala y vocal de ATE Capital.
La cultura en el centro
La primera en tomar la palabra fue Gabriela Stoppelman, quien resaltó la urgencia de diseñar estrategias de lenguaje para disputar el poder en una sociedad “desescrita” y cuestionó la utilización que hacen del lenguaje los medios masivos de comunicación, “que vacían las palabras y las resignifican”.
“El mundo de los medios hegemónicos que crean la realidad está en las antípodas de lo que pretendemos, porque ellos no solo no tienen ninguna batalla contra la vulgaridad, sino que la capitalizan permanentemente, la cosechan, la siembran y al reproducen”, señaló y destacó que hoy “es imperativo atrincherarnos en la escritura, organizarnos para trabajar el lenguaje y reconquistar su capacidad de producir múltiples sentidos”.
Tomando lo dicho, el Chino Sarjurjo insistió en no perder “la bandera de la alegría” frente al discurso y el proyecto neoliberal, que, puntualizó, es ante todo un proyecto cultural.
Como representante del CCC en la mesa, Sarjurjo celebró el encuentro y destacó la necesidad de continuar profundizando un camino en común con las organizaciones culturales y político-culturales que piensan la cultura como un derecho y no como un negocio y una mercancía. “Es tiempo para las trincheras de piedras y las trincheras de ideas”, señaló, trayendo a la Sala al Apóstol Cubano José Martí.
Luego fue el turno de Alejandro Fagiani, quien agradeció la invitación y relató que “muchas veces nos preguntan por qué los sindicatos tenemos Secretarias de Cultura, y la respuesta la dio la compañera Mabel con esta obra: estamos convencidos de que el productor de cultura es el trabajador”.
Tomando como referencia la creación del Teatro Obrero Argentino de la CGT durante el primer peronismo, un teatro formado por trabajadores de distintos sindicatos, el Secretario de Cultura de la Bancaria destacó que es momento de lograr la independencia cultural y “encontrarnos a nosotros mismos”, ya que “a un grado de dependencia cultural le corresponde un mismo grado de dependencia política y económica”, reflexionó.
Por último, Emiliano Bisaro, de ATE Capital, señaló que “el debate cultural no puede ser ajeno a los sindicatos” y defendió la concepción de un sindicalismo integral: “La pelea no puede ser solo por el salario o las condiciones laborales. Tenemos que hacer un esfuerzo para que la cultura deje de ser un accesorio y adquiera cada vez más un lugar central”.
En este sentido, hizo autocrítica y pidió que el Área Culturas se transforme pronto en una Secretaría para jerarquizar el trabajo y trazar una línea cada vez más firme.
En relación a la cultura y la militancia política, reflexionó: “Así como la economía no nos va a resolver la cuestión política: no va a haber una inminente crisis económica que resulte en una crisis y ésta habilite un nuevo proyecto político y un día de repente somos gobierno, es decir, vamos a tener que seguir haciendo política; tampoco un triunfo político nos resuelve una cuestión cultural. Podemos volver a ser gobierno y no desandar ninguno de los valores que está instalando el neoliberalismo en este momento”.